No es mediante los
símbolos rituales ni vestido de blanco como el Superior Incógnito
se presentará tanto a los enfermos del cuerpo como del alma, sino
veladamente, desconocido, actuando mediante el corazón del que habla
el lenguaje del amor. No hay ningún rasgo de pasividad en este
hombre de deseo que puede elevarse meditando en si mismo las santas
escrituras, la vía de los antiguos, buscando la unión con Dios. La
acción exterior no será más que la manifestación de un estado
interior: “Buscad el reino de Dios y lo demás se os dará por
añadidura...”
Jean Louis de Biasi
El martinismo es el resultado de la iluminación teosófica de Louis Claude de Saint-Martin. Por eso, la vía íntima no es la adaptación, ni la continuación de las prácticas cohen, ni de la teosofía de Jacob Boehme. Ni siquiera existía algo así en la línea de los S.I. La vía cardíaca nace con el Filósofo de Amboise. Es indudable que para alcanzar esta iluminación, Saint Martin se formó en diferentes escuelas de esoterismo. Sin embargo, el martinismo no es una recopilación de algunas piezas de distintos sistemas. Se trata de un cuerpo, un todo diferente de las doctrinas y de las practicas que el propio Saint-Martin estudió. Es un camino nuevo, elaborado a partir a sus investigaciones y sus experiencias.